Días en Varela
Creo tendría unos 22 años, era una época en que compraba la revista Fierro y también la revista Film. Había instalado un pequeño laboratorio en el fondo de mi casa, en un galpón donde hice el cuarto oscuro, allí revelaba mis primeras fotos. Mi padre había encontrado una cámara de fotos en una estación de trenes ( mi padre era ferroviario) y nadie en la familia sabía cómo manejar ese aparato. Así que un día fui a hacer un curso de fotos con Juan Carlos Villarreal que tenía su estudio por el barrio de Balvanera y fue él quien me enseñó a manejar la cámara y también a revelar. Aun conservo algunas impresiones de sus clases. De las clases de Juan Carlos me llamó la atención que en una de sus clases hicimos cuarto oscuro el revelado de una foto de gran tamaño de 1 metro por 60 aprox. Para mi esto era casi como ciencia ficción, y lo fue más, cuando vi que esa foto correspondía a un film de Leonardo Favio, era justo el afiche de la película El Mono Gatica. Era un film que aún no se estrenaba, ero que yo sabía que se estaba filmando porque había leído algo en las reseñas de cine de la revista Fierro. Entonces fue ahí que enloquecí con armarme un laboratorio de revelado en mi casa. Creo que una vez que logre aprender las técnicas de revelado bien fue que abandone el taller de Juan Carlos. En ese momento no me di cuenta pero quizás podría haber aprendido mucho más en su estudio.
Un día me fui a pasear por San Telmo y pasé por un lugar en donde había un cartel que decía Escuela de Historieta. En ese momento me dio mucha curiosidad y decidí tocar timbre y preguntar. Me atendió la secretaria y me contó un poco el programa que estaban llevando adelante y cuáles eran los horarios. Con la timidez y medio tartamudo le dije que me anotaba en el turno tarde, la secretaria tenia una tetas hermosas, estaba medio encandilado digamos, así que ahi le pague la primer cuota y ella me dio el programa de cuando tenía que empezar. Por aquella época trabajaba en Coca Cola haciendo control de calidad en la planta de Reginald Lee en Ranelagh, ese sueldo me permitía darme varios lujos. Hasta logré comprarme una moto custom Yamaha Route 66. Así fue que me tope con el Cine. En la Escuela de Historieta también había una Escuela de cine, así que recién para la cuarta clase me di cuenta que la Secretaria del Cievyc, me había inscripto por error en la carrera de Cine. ¿Equivocación? La verdad que para el momento que me di cuenta, ya le agarre el gusto a estudiar cine. En ese primer año me hice de grandes amigos que despues me los fui encontrando en la vida por diversas circunstancias en el camino del cine.
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